La ciudad es, por primera vez en mucho tiempo, encantadora. A pesar de las innumerables explosiones de los triquitraquis y cohetes, que disimulan uno que otro disparo.
Sin terminar de irme, como el sol de mi ventana, pienso quedarme recostada; viendo "Sueño de una noche de verano".
Mientras organizo mis ideas y descifro qué cuelgo acá.
Mientras pienso en el futuro que ya no fue.