domingo, 13 de enero de 2008

El niño Jesús nació donde Carlos



El Retablillo de Navidad fue a quedarse en la casa de Carlos Eduardo Fuenmayor, y esta feliz noticia, - feliz porque a Carlos lo queremos mucho en este patio- se anunció el domingo 13 de enero en Librería Sónica.

Compartimos, como prometimos, su cuento:

“Si la virgen María y José se presentaran en mi casa pidiendo asilo por que María está a punto de dar a luz, mi mamá se volvería loca, estamos hacinados. Además de mis dos padres somos cuatro varones y tres hembras si contar un perro, un gato y un loro; viviendo en una sola casa, sobre todo ésta que es un chiquero. Según mi madre este no es el lugar para atender a una mujer apunto de dar a luz y ninguno de nosotros es médico o partera.

Los acogería pero estaría vuelta loca entre atenderlos y ordenar la casa un poco, que la nevera está vacía, que no hay nada pero nada que ofrecerles.

Mi padre seguramente se pondría a hablar con José sobre su infancia para en algún momento comenzar a hablar de lo insegura que es Caracas hoy; y también sobre política, seguramente con el sonido de la televisión o la radio de fondo nosotros también estaríamos angustiados, no podríamos dormir pero jamás competiríamos con la angustia de nuestra madre -digo yo.

Seguro que para complicar el asunto el fregadero o la nevera comienzan a botar agua, siempre es así, estas cosas pasan cuando uno menos lo desea, pareciera que la casa tiene vida y no le caemos bien (bueno quizás este día la casa no tendría nada que ver y seria cosa del demonio).

Quizás nuestro gato Rasputin se presentaría con un pajarito o ratoncito muerto para que mi madre se desespere más y más (también se le podría ocurrir al gatito vomitarse la alfombra). Rasputin de seguro no entregaría a su presa con facilidad para ser botada dentro de un cesto de basura.

Qué más podría decir de los que vieron al niño nacer. No serían la mula y el buey sino un perro y un gato. De seguro José y María levantando el rostro al cielo dirían “Dios mío a dónde vinimos a parar”.

Dejo de escribir, parece que mi mamá a esta hora de la noche le acaba de abrir la puerta a dos personas y por una razón que desconozco esta muy nerviosa, muy nerviosa.”


De Carlos pueden saber más visitando los vínculos: Llamaradas negras y La piel de las paredes.

Y a todos los amigos que nos escucharon y nos escribieron gracias por eso. Por enviar sus textos y participar en nuestro juego. Habrán más. Lo prometemos.

6 comentarios:

J. L. Maldonado dijo...

De todos los cuentos que leímos, fue el mejor. Se lo merece.

Lin dijo...

Totalmente de acuerdo, y mira que llegó buen material...
Carlos tiene una sensibilidad muy especial. Personalmente me gusta mucho como escribe.

Ruth Hernández Boscán dijo...

Hermoso...!

Gracias por compartirlo

Dos besos

Carlos Eduardo Fuenmayor dijo...

GRACIAS A LOS DOS
****************
UN MUY FUERTE ABRAZO

Nestor Luis Bermúdez dijo...

Interesante tu blog. Interesante. Habrá que venir más a menudo a ver qué se dice, qué se hace.

Carlos Eduardo Fuenmayor dijo...

Gracias Raga
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UN FUERTE ABRAZO AMIGA