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Afuera nada importa
The kiss
Lu Shoper
Las puntas de tus dedos
juegan suavemente sobre el cuello
Los segundos
sedados
se rinden
hacen su paso imperceptible
entonces
yo te amo
Me tocas y te amo
Me miras y te amo
Me besas y te amo
Afuera
nada importa
8 comentarios:
Definitivamente afuera nada importa. Te amo con cada centímetro de mi piel.
Tu es la fleur plus belle que j'ai connu... quelque fois que tu me offris un poeme, je me fondre pour toi... =)
Os deseo a los dos, Linsabel y Jasón, un supermegafeliz 2009. Un brindis, un poema y un fuerte abrazo.
"No me sirve", de Mario Benedetti
La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve
no me sirve tan mansa
la esperanza
la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve
no me sirve tan sabia
tanta rabia
el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve
no me sirve tan bueno
tanto trueno
el coraje tan dócil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve
no me sirve tan fría
la osadía
sí me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazón alerta
sí me sirve
me sirve cuando avanza
la confianza
me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
sí me sirve
me sirve la medida
de tu vida
me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve
me sirve tu batalla
sin medalla
me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
sí me sirve
me sirve tu sendero
compañero.
Besadetes, con confetti musical
Cuando amamos y el objeto de nuestro amor está delante de nosotros, allá afuera nada importa.
Bellísimo poema!!! Felicitaciones por este rincón encantador.
Te leo y sigo en sigilo, sin alardes. Hoy debo escribir que tu poesía nutre el espíritu.
Por eso eres uno de mis telares vecinos.
Muchos instantes de felicidad y larga vida para ti Lin.
Afuera nada importa
El amor, el amor...Aliado y verdugo...
Saluditos,
OA
para "Tutti Fruti"
Una serena competencia de barcos en el Mississippi.
La lluvia en Venecia.
Un niño lanzando una pelota hacia el Mediterráneo.
Un día y una noche, el azul en el desierto.
Una antigua ternura entre los vientos de Cuzco.
La incalculable luna de Asia.
Las cinco de la tarde en Nueva York, a una cuadra del mar.
Tú, tibia o siempre, en la mitad inexacta de Caracas.
(Leonardo Padrón, 1959)
Me escribes... ¡y te amo!
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