viernes, 14 de mayo de 2010

Los cuentos breves de Delia Fiallo




III

El hombre de mi vida ¡por fin! se ha dado cuenta de que soy la mujer de su vida. Fue muy fácil: a punto de tomar el avión, justo después de recibir su boarding pass donde le asignaban el asiento C22, se dio cuenta de que estaría nueve horas entre la señora talla 18 y el luchador de sumo. Entonces recordó lo bien que le sientan mis masajes. Canceló el vuelo. Puso en stand by el Mediterráneo.

Ahora, el hombre de mi vida anda coleccionando repeticiones instantáneas de mí. Convencido de lo afortunado que es, pues tiene en exclusiva a la mujer de su vida seis meses de caribeño verano tropical. Pues tiene en exclusiva a la mujer de su vida tres meses de invierno peninsular, más tres de primavera ibérica.

Aunque él no sea exclusivo para ninguna de las dos.

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